martes, diciembre 07, 2004

Mujeres al volante

No quiero meterme aquí con las mujeres que conducen ni en cómo lo hacen, que quede claro. Tampoco quiero decir que las mujeres conduzcan mal. Solo me gustaría comentar un par de detalles que a mí me parecen cuanto menos curiosos:

Una mujer, por lo general, cuando esta aparcando o saliendo de un aparcamiento no sabe mover el volante al mismo tiempo que acelera. Es decir, que para aparcar primero gira el volante hasta el fin de su recorrido, después da marcha atrás, pero sin mover el volante, hasta que le da al bordillo de la acera o al coche que tiene detrás. Después gira todo el recorrido del volante hacia el otro lado, pero sin acelerar hasta que el volante ya no da más de sí. Entonces avanza hasta darle un besito al coche que tiene aparcado delante, y con ello concluye la maniobra.

Una cosa si que hay que reconocerle a las mujeres conductoras, y es que no suelen ir por ahí haciendo el loco con el coche como hacen (hacemos) muchos varones. De hecho, por lo general son la viva imagen de la prudencia. Tanto es así que no es de extrañar verlas conduciendo por la autopista a la escalofriante velocidad de 70 Km./h.

Y ya que estoy puesto, otro tema que me llama la atención es el de los espejos retrovisores. El de la izquierda lo usan para mirar si venía alguien después de haber salido del aparcamiento o de haber cambiado al carril de su izquierda. El del centro lo usan para peinarse o para retocarse el maquillaje, y el de la derecha es un completo ignorado porque no lo usan para nada. Eso sí, cuando les interesa mirar hacia atrás por cualquier motivo, no dudan en someter a sus cervicales a una sesión de contorsionismo, girar sus cabezas 180 grados y dejar de mirar la carretera durante 10 segundos.

En fin, voy a dejar ya el tema, y repito que no me quiero meter con la forma de conducir de las mujeres, pero si quiero apuntarle a la señora que conducía un Fiat Brava blanco con matrícula de Málaga esta mañana por la Avenida de la Constitución, que al entrar en una rotonda se tiene que ceder el paso al que ya se encuentra circulando dentro de ella, y que el que llegue tarde a llevar a los niños al colegio ni le exime de cumplir esta regla ni le permite colarse en una rotonda a toda mecha y sin mirar.

Se va a enterar Ud. de lo que vale el faro de un Corolla, señora.