miércoles, abril 20, 2005

La Empresa, segunda parte y media

Nota: Este post tendría que haberlo editado ayer, martes 19, pero no tuve ocasión

Un momento, un momento. Al hilo del capítulo anterior sobre la elección del nuevo Director General de la Empresa, he leído en Internet que los requisitos oficiales para ser elegido sólo son tres: Ser varón, ser mayor de 30 años, y haber sido iniciado en la Empresa mediante el conocido ritual en el que uno de los miembros numerario le echa agua a uno por el cogote, generalmente poco después de nacer (el numerario no, joder, el iniciado)

Y yo cumplo los tres, ahora que lo pienso; Soy varón, soy mayor de 30 años, y me pusieron chorreando cuando era un bebe (y por si sirve de algo decirlo, de pequeño me caí en un barreño de agua con lejía, como Obelix) De acuerdo en que después no he seguido el camino de la Empresa, pero en ningún lugar pone que tenga que ser uno empleado ni cliente de la misma.

Así es que no debería haber ningún problema para presentarme al puesto. En otro lugar he leído que también hay unas condiciones imprescindibles no escritas que son las siguientes: tener conocimiento de diversas lenguas, ser un buen comunicador y no proceder de ninguna de las grandes potencias económicas o militares.

¡Y resulta que también las cumplo! En este lugar aseguran que el nuevo Director General debe hablar inglés (yo lo hablo, aunque con un leve acento macarrónico de procedencia indefinida), e italiano (bueno, no lo hablo muy bien, pero lo entiendo perfectamente y además no hay nada que un curso de la CCC no pueda solucionar) Y ya puestos a rellenar el curriculum, también chapurreo el francés y hablo el catalán mejor que Carod-Rovira.

Respecto al segundo punto, el tema está en que el Elegido deberá hablar en público en numerosas ocasiones ante grandes cantidades de gente. Bueno, en mi caso eso pudiera ser un problema porque soy un poco tímido por naturaleza, aunque si me esfuerzo un poco, me tomo una copita -o dos- y me hago al ambiente puedo hablar todo el tiempo que sea necesario. Incluso puedo contar algún que otro chiste si es menester.

Y respecto al tercer punto -el de no proceder de ninguna superpotencia económica ni militar- no creo que merezca más comentario.

Bien, bien. Pues lo primero que voy a hacer es llamar a la Sede de la Empresa a preguntar cuales son las condiciones del puesto; cual es el sueldo, cuantas pagas extraordinarias se incluyen, cual es el horario y todo eso. Es que lo de los viajes y tal esta muy bien, es interesante, pero coincidirán conmigo en que dependiendo del dinero que le paguen uno pone más o menos interés, ¿no?

Lo que no me termina de gustar del trabajo es tener que ir siempre de uniforme. Y no lo digo por la ropa, que parece cómoda (aunque sea blanca) sino por el gorrito tradicional -que me parece un poco ridículo- y por tener que llevar un logotipo de la Empresa de gran tamaño siempre colgado del cuello. Es que más que un Director General se parecen a uno de los raperos negros de la película de Eminem, pero bueno, lo dicho, yo por dinero me cuelgo del cuello un pin del tamaño del tapacubos de la rueda de un coche si hace falta.

Pensándolo bien, creo que tengo posibilidades de que me elijan. Verán, yo reconozco que no soy ningún chaval, pero desde luego soy mucho más joven todos los candidatos al puesto. Como dije antes, el más joven tiene 52 años, pero es un adolescente imberbe comparado con los demás. Fíjense en que el mayor ya tiene 87 tacos, y con esa edad ya me dirán ustedes. Es que antes de que los sastres le terminen el traje nuevo -en color blanco, por si no lo he dicho- hay que estar eligiendo a otro Director.

Lo dicho, que les voy a llamar, a ver que me cuentan. Disculpen un momento, por favor ...

Ring, ring, ring... (voz masculina al otro lado de la línea) - Presto

Yo - Buena sera. Io llamo perque io estato interesato en el trabajo de Directore Generale di la Empresa cui ha quetato vacanti (joder, ¡qué dominio del italiano!)

Voz – Ciò è la Citta' del Vaticano. ¿Chi sono voi?

Yo – Io sono un interesato en el curro, cha ti lo e dicho antes, so melón. No tenemus nuovo Directore Generale encora, ¿no?

Voz – Signore, non capisco.

Yo – Per favore. Te pregunto que si el fumo no es bianco encora

Voz - ¿fumo? ¿la fumata? La fumata è nera. il nuovo Pontefice non c'è ancora.

Yo – ¡Ah, menos mal tío! Escolta colegui, hazme un favore. Vete molto presto e avisa a los cardinalis que io también voglio chi me pongan ne la lista, ¿capichi?

Voz – ¿I cardinali? Sono nel secondo giorno di Conclave, nella Capella Sistina

Yo – Si, io lo se, io lo se. Ma ¿per que no llamare tu a la puorta un momentini, hombre?

Voz – ¿Puorta? ¿che puorta? ¿il portello? ¡ma è il conclave! ¡è secreto!

Yo - Mira, no nos capischiamos tu y yo ¿eh? Io voglio parlare con il tuo jefe... eeh... con il tuo capo.

Voz – ¿Il capo? ¿che capo? ¡Ciò è la Citta' del Vaticano, no la Sicilia!

Yo - Errr... Bueno, do you speak english? Est ce que vous parlez francaise? Escolti, i català tampoc el parla ningu, oi?

Voz – Attenda un momento

Yo - Vale, gracie mile.

Otra voz – Il Dio è con voi ¿Posso li aiuto?

Yo - ¿Hola? ¿Habla español?

Voz – Si hijo. Soy el padre Gracciano, ayudante personal del Cardenal Camarlengo Martínez Somalo.

Yo - Ah, pues que bien. ¿Y se puede poner él un momento?

Voz – No hijo. Su eminencia se encuentra en la Capilla Sixtina, eligiendo al nuevo Papa.

Yo – Ah. Bueno, es que yo me quería apuntar en la lista de candidatos. A ver si como el Comelengo es español me puede recomendar.

Voz – Es Camarlengo, hijo, Cardenal Camarlengo ¿Para qué quieres que te recomiende su eminencia?

Yo - Pues para la vacante, hombre. Es que he pensado que como yo soy buen chaval y eso, y como hablo idiomas -sobre todo italiano- y tengo palique, que a lo mejor valgo para Papa. Que si hace falta me corto el pelo para que me quepa el gorrito ¿eh? Por cierto, ¿un Papa cuanto viene cobrando al mes? Así a ojo lo pregunto, ¿eh?

Voz – ¡Vaffunculo! - Sonido – ¡Click! (Esto es internacional. Me han colgado)

En fin, que no me han hecho ni caso. Y mira que yo prometía, ¿eh? Ahora se quejaran de que han elegido a un vejete serio y triste que no hace más que meterse con los demás. Y si no, al tiempo.