viernes, diciembre 24, 2004

Feliz Navidad

Aunque no soy el mayor amante de la Navidad del mundo precisamente, desde estas humildes páginas electrónicas quiero desearle a mis lectores una muy feliz Navidad. Que coman turrones, beban cava y lo pasen muy bien. Y que el año entrante nos traiga a todos paz y felicidad.

Lo dicho, felices fiestas a todos.

jueves, diciembre 16, 2004

Anuncio por palabras

Hola, soy el de antes, el de la oferta de empleo.

En esta ocasión preciso de una cámara reflex digital. Como no quiero que nadie piense que quiero abusar, me conformaría con una Canon 300D, una Nikon D70, o preferiblemente una Minolta Dynax 7D.

El concepto es el siguiente. Si es Ud. el afortunado poseedor de una de estas cámaras (tampoco le haría ascos a modelos superiores), Ud. me la presta y yo me hago cargo de hacerle el rodaje de las primeras 15.000 fotografías estipulado por la ley, y que como Ud. sabrá es tedioso en exceso amén de peligroso en algunos casos.

No me lo agradezca, lo hago por puro altruismo y por completar un estudio sociológico que me traigo entre manos.

Cuando dicho rodaje haya concluido yo le devolveré la cámara en perfecto estado y mucho más experimentada, dónde va a parar. En ese momento, le pasaré la factura por las cargas de las baterías que se hayan consumido, a razón de 3 euros cada una, así como del importe de la impresión de las fotografías que haya considerado oportuno obtener en papel. (Hombre, el que algo quiere algo le cuesta, no lo voy a poner yo todo, ¿no?)

Interesados contactar conmigo en la siguiente dirección de correo electrónico: tengo@mascaraqueespalda.com

Proyecto Vaca Loca

Generalmente todo proyecto informático consta de las siguientes fases: análisis funcional, diseño, desarrollo, pruebas, implantación y revisión (bueno, no hace falta que el proyecto sea informático, puede ser de otra cosa, yo les cuento lo que conozco).

Bien, pues les voy a relatar mi experiencia con un proyecto en el que trabajé hace bastantes años y al que llamaré Proyecto Vaca Loca, luego verán el porqué. Empecemos paso a paso, pero no sin antes avisarles de que en aquel entonces yo empezaba a hacer mis pinitos en esto de la programación. Es decir, que era todo un novatillo:

Análisis funcional. Desde mi punto de vista es una de las fases más importantes del proyecto. Si el análisis está bien hecho lo demás tiende a funcionar bien, pero un análisis erróneo conduce al más estrepitoso de los fracasos. En al caso del proyecto Vaca Loca dicho análisis lo realizó un agente comercial. Si ello no fuera suficiente garantía de catástrofe, únase a un programador novato (como antes he indicado) y a un pseudo-analista en plan de apoyo sin la más remota idea de lo que se traía entre manos.

Diseño. La fase de diseño es también de gran importancia, pero en el caso que nos ocupa yo seguí el principio de Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me como. Es decir, que el diseño me lo monté yo en mi cabeza y el que venga detrás, que se busque la vida.

Desarrollo. Lo hice yo enterito. En Cobol, con un par.

Pruebas. Si las hace el programador es como si no se hubieran hecho, y eso es lo que pasó, que en mi ordenador aquello funcionaba de P.M.

Implantación. Teóricamente es una de las fases que debería ser más plácida si todo se ha hecho bien, pero que en el caso que nos ocupa fue realmente vergonzosa. A mi personalmente me dio la risa tonta cuando vi la cara que se le puso al cliente al descubrir el pastel. Cualquier parecido entre el programa y lo que realmente quería era mera coincidencia, y además el susodicho programa fallaba más que las escopetas de la feria.

Revisión. Generalmente es la fase más corta, y sirve para recortar algún fleco que le haya quedado al producto. En el caso del Proyecto Vaca Loca se hizo eterna, parecía que no iba a llegar nunca a su fin. Una agonía, creanme.

Bien, pues a continuación paso a detallarles paso por paso como fue la historia del proyecto Vaca Loca. Resulta que un comercial de la empresa se puso en contacto con el dueño de un matadero y lo convenció de que lo que más necesitaba en esta vida era un sistema informático que le ayudara a gestionar su empresa, es decir, un ordenador y un programa.

Hasta aquí bien. Pero pronto se cometió el primer error. En lugar de hablar con el pseudo-analista o conmigo mismo, el cliente le explicó punto por punto al comercial como quería gestionar el funcionamiento del matadero, pero fue como si se lo hubiera explicado a una pared, porque el comercial debía estar pensando en la comisión que iba a ganar con la venta y no se enteró de nada.

Posteriormente el comercial le dijo al programador (es decir, a un servidor) lo que tenía que hacer el programa: “Tiene que llevar la gestión de un matadero, o sea, las vacas que se matan y todo eso”.

Con tan concisa información el programador se montó su estrategia mentalmente y se puso a picar lineas de código como un poseso. El resultado fue la concepción de un programa que hacía lo que le habían dicho que hiciera, con algún que otro fallo propio de la inexperiencia del programador, pero que resultaba coquetón.

Y llegó el gran día de la entrega del producto. El comercial y yo nos fuimos al matadero e instalamos el programa en el flamante ordenador recién adquirido (bueno, lo instalé yo, porque el comercial no sabía ni como se encendía el aparato).

Cabe decir aquí que el cliente -el dueño del matadero- era un buen tío. Eso no se lo quita nadie. Además, posteriormente demostró tener más paciencia que el santo Job, e incluso recuerdo con especial cariño y ardor de estomago los desayunos a los que me invitaba en el bar del polígono industrial donde se ubicaba el matadero, consistentes en un plato de ternera a la jardinera o judías con chorizo (según el día), dos vasos de tinto de la casa, un carajillo y una copa de coñac. Eso a las ocho de la mañana.

Volviendo al día de la instalación del programa, curiosa fue la explicación del comercial al cliente sobre los parabienes del programa: “Si tu tienes seis vacas, pones un seis en esta casilla. Imaginemos que matas una. Bien, pues le das a esta tecla que pone 'Matar Vaca' y entonces tienes cinco vacas. ¿ves? En esta casilla de aquí sale un cinco, que quiere decir que tienes cinco vacas. Es fácil”

El cliente lo miraba con cara de estar pensando: “¿Sí? ¡No jodas!”

Y la rana Gustavo... digo... el comercial, seguía con la explicación: “Y cuando compres una vaca le das a esta tecla que pone 'Comprar Vaca' y te añade una más, con lo cual ya tienes seis otra vez”

La situación se acercaba peligrosamente al esperpento. El comercial que seguía enseñándole a contar vacas a un tío que se había criado entre cuernos -en el buen sentido de la expresión- y que no paraba de mirar alrededor buscando una cámara oculta, y yo que ya no sabía donde esconderme en prevision de que el colega se hartara y nos colgara a nosotros dos de unos ganchos y nos metiera en la cámara frigorífica. Fue patético de verdad.

Suerte que en un momento dado el cliente resolvió la situación por la via directa. Me cogió en un aparte y me dijo “Ven chaval, que te voy a explicar a ti lo que quiero del programa, que éste no se entera”

Antes de aquella experiencia yo sabia que las vacas tienen cuernos, que dan leche, que son blancas con manchas moradas como la de Elgorriaga, y poco más. Bueno, pues resulta que una vaca se divide en varias partes, que no son “cuernos”, “hamburguesa”, “cencerro” “cola” y “lo que sobra”, sino “falda”, “pistola”, “aguja”, “cuartos delanteros y traseros”, etc.

Es toda una ciencia, se lo aseguro. Lo que pasa es que cuando se mata a una vaca y se despieza hay que tenerlo en cuenta en el momento de hacer un programa que lo gestione, porque no es lo mismo que se maten dos vacas, se venda una mitad derecha y una izquierda, por poner un ejemplo, y lo que nos queda es una vaca entera (más o menos), que vender las dos partes posteriores de los animales, porque entonces lo que nos queda no es una monstruosa vaca con dos cabezas, sino dos medias vacas.

Bueno, pues todo eso se lo había explicado el cliente al comercial, pero el tío no se había enterado. Eso me llevó a que tuviera que tirar el programa a la basura virtual y empezar de nuevo.

La historia del proyecto Vaca Loca terminó unas semanas más tarde cuando le instalé al cliente un nuevo programa hecho a su medida. El comercial y el pseudo-analista no volvieron a meter la mano en el asunto en previsión de que les salpicara la mierda otra vez, situación que no se produjo porque al final el cliente quedo totalmente satisfecho con el producto. Incluso podía reconstruir la vaca que había matado por error sin que le sobraran piezas.

viernes, diciembre 10, 2004

Oferta de empleo

Se necesita señora o señorita de entre 20 y 35 años de edad para hacer un montaje en televisión.

El plan es el siguiente: La interesada deberá presentarse en cualquier programa del corazón y anunciar entre lágrimas y suspiros nostálgicos que ha sido la amante de un torero famoso (todavía por decidir cual de ellos) y relatar la relación desde el primer hasta el ultimo día con todo lujo de detalles (inventados por mi mente calenturienta, evidentemente)

Asimismo, la interfecta deberá seguir acudiendo a programas de la misma calaña y soportando todo tipo de acoso verbal por parte de los sesudos periodistas que en ellos pululan. Es decir, que la llamaran de puta para arriba, pero de buen rollito porque a ellos también les conviene su existencia.

Cuando haya pasado un período de entre siete y veintiún días (dependiendo del número de programas a los que acuda) yo mismo haré mi presentación en sociedad anunciando ser el ex novio de la individua para pasar a continuación a ponerla de puta para arriba (si, otra vez)

A partir de este momento, la interesada debe acudir a cuantos programas del corazón le sea posible, descalificándome salvajemente, e incluso sugiriendo malos tratos físicos por mi parte. A su vez, yo hare lo mismo defendiéndome de tales acusaciones y poniéndola a caer de un burro. En esta fase el truco consiste en no coincidir nunca en un mismo programa.

Por último, cuando el filón se vaya agotando protagonizaremos un apoteósico enfrentamiento dialéctico en un programa de máxima audiencia por el que cobraremos un capital. Llegados a este punto cabe decir que habrá que echar toda la carne en el asador y me veré obligado a ponerla de nuevo de puta para arriba.

Tras esto, sus servicios ya no volverán a ser solicitados porque nadie querrá volver a verle la cara en un plató de televisión debido a que desenmascararé su montaje con el torero y quedaré como un héroe ante la audiencia, listo para intervenir como tertuliano con contrato fijo en próximos programas del corazón, que es lo que realmente persigo.

Sueldo a percibir:

Comisión del 20% sobre los ingresos debidos a actuaciones en programas de televisión.

Requisitos a cumplir por las candidatas:

Falta total de escrúpulos (imprescindible).
Mínimo de tres años de estudios de interpretación o cinco demostrables de trabajo en el ramo (imprescindible).
Anchas espaldas para aguantar todo lo que van a decir sobre ella (imprescindible)
Estar de buen ver (muy conveniente)
Capacidad para auto-provocarse las lágrimas (recomendable)

Interesadas contactar conmigo en la siguiente dirección de correo electrónico: tengo@mascaraqueespalda.com

miércoles, diciembre 08, 2004

Imaginen la escena.

El sol naranja se esconde tras el horizonte.

Un hombre se encuentra al borde de un acantilado, contemplándolo.

Abre los brazos, toma aire, y se lanza al vacío.

Cuando alcanza la mitad de la caída alza la cabeza y empieza a volar majestuosamente,

Siempre con los brazos extendidos.

Como un águila.

Entonces suena su teléfono móvil...

mete la mano en el bolsillo interior de la chaqueta para contestar la llamada...

y se cae al mar.

El muy gilipollas.

martes, diciembre 07, 2004

Mujeres al volante

No quiero meterme aquí con las mujeres que conducen ni en cómo lo hacen, que quede claro. Tampoco quiero decir que las mujeres conduzcan mal. Solo me gustaría comentar un par de detalles que a mí me parecen cuanto menos curiosos:

Una mujer, por lo general, cuando esta aparcando o saliendo de un aparcamiento no sabe mover el volante al mismo tiempo que acelera. Es decir, que para aparcar primero gira el volante hasta el fin de su recorrido, después da marcha atrás, pero sin mover el volante, hasta que le da al bordillo de la acera o al coche que tiene detrás. Después gira todo el recorrido del volante hacia el otro lado, pero sin acelerar hasta que el volante ya no da más de sí. Entonces avanza hasta darle un besito al coche que tiene aparcado delante, y con ello concluye la maniobra.

Una cosa si que hay que reconocerle a las mujeres conductoras, y es que no suelen ir por ahí haciendo el loco con el coche como hacen (hacemos) muchos varones. De hecho, por lo general son la viva imagen de la prudencia. Tanto es así que no es de extrañar verlas conduciendo por la autopista a la escalofriante velocidad de 70 Km./h.

Y ya que estoy puesto, otro tema que me llama la atención es el de los espejos retrovisores. El de la izquierda lo usan para mirar si venía alguien después de haber salido del aparcamiento o de haber cambiado al carril de su izquierda. El del centro lo usan para peinarse o para retocarse el maquillaje, y el de la derecha es un completo ignorado porque no lo usan para nada. Eso sí, cuando les interesa mirar hacia atrás por cualquier motivo, no dudan en someter a sus cervicales a una sesión de contorsionismo, girar sus cabezas 180 grados y dejar de mirar la carretera durante 10 segundos.

En fin, voy a dejar ya el tema, y repito que no me quiero meter con la forma de conducir de las mujeres, pero si quiero apuntarle a la señora que conducía un Fiat Brava blanco con matrícula de Málaga esta mañana por la Avenida de la Constitución, que al entrar en una rotonda se tiene que ceder el paso al que ya se encuentra circulando dentro de ella, y que el que llegue tarde a llevar a los niños al colegio ni le exime de cumplir esta regla ni le permite colarse en una rotonda a toda mecha y sin mirar.

Se va a enterar Ud. de lo que vale el faro de un Corolla, señora.